QUIENES SOMOS

EBOOKS DE TITULOS ELEGIDOS

CATALOGO

CONCURSO

SERVICIOS

PROMOCIÓN NEOS RELANZAMIENTO

SEGUIMIENTO DE LA EDICION

TALLERES GRATUITOS Inscribirme

GALERÍA

INFORMACIONES ÚTILES

LIBRERÍAS

CONSULTAS Y COTIZACIONES

Tercera Casa
Premio Único (Poesia 2012)

Ramiro Bosco

$ 4250.00 / u$s 4.00 Leer Fragmento

Comprar en Formato Ebook

Editorial Ruinas Circulares
64 páginas
978-987-1610-98-3

Twittear

 

      UNA CASA ES UN REFUGIO CONTRA LA LLUVIA, la intemperie, los intrusos. Lo primero que me recuerda "Tercera casa" de Ramiro Bosco, es el cuento popular de tres casas de distinto material que podrán o no ser derribadas por el lobo, según su fortaleza. Y dice Afuera sopla el lobo la noche/ (...) un cerdo come su miedo/ de paja y madera. Y más adelante dice (El libro miente, mamá/ No hay/ tres casas). Pero hay otros elementos que sobrevuelan el libro: un hambre voraz, incansable. El hambre propia y el hambre de las fieras. Todo aquí devora o es devorado. Pero el alimento es también refugio: construí una casa de pan. Y hay agua, agua que fluye y que hacia la tercera casa puede ser la tormenta. Tres casas, la del niño, la del adulto y la del hombre frente a la muerte. El niño tiene miedo, el adulto desazón, el hombre final escucha la lluvia tres veces, como si atravesara las tres casas. Y en el medio hay ratas, nuestras propias ratas mentales, ratas que compran veneno para ratas, ratas que están en los dormitorios, agazapadas para morder. Hasta habitan nuestra sonrisa. Todo atravesado de una gran boca que engulle de una garganta de noche al fondo del mundo. El niño de la primera casa debe cuidar una flor muy rara. Pero muy pronto el barco del epígrafe de Alejandra Pizarnik podrá llevarlo, y las tormentas de Rodolfo Alonso inevitablemente abrirán las puertas de la casa, de las casas. Habrá que llevar la casa a cuestas, o lo vivo del hambre será ausencia. Excelente libro el de Ramiro Bosco, con miedo y abierto a las intemperies: las casas con su relativa protección no salvan de la muerte, que tal vez pueda ser, quien lo sabe, la belleza.

LILIANA DIAZ MINDURRY