Las dos criaturas
Cuento
Ricardo Cardone
Arriba, ¿qué es arriba?, quedaba lo que el cielo oculta, esa mancha oscura y deforme que ni alumbra ni protege, esa mancha que es toda sal. Arriba, ¿qué es arriba?, no hay luz ni hay sombra, no hay hambre ni hay sed, no hay decepción ni hay esperanza. Arriba, ¿qué es arriba?, sopla un viento siniestro que llega hasta nuestros despojos y los agita como si fueran pétalos de una rosa seca, abriéndonos las heridas hasta cubrirlas con tierra. Y ese viento, siniestro y obstinado, poco a poco va haciéndose de la noche hasta quedarse con todos sus brillos, con todos sus secretos, con todas sus metáforas.
Somos seis ...
La rabia
Novela
Ricardo Cardone
Una gota de sangre en la sal es un repentino silencio, una repulsión atroz, una desilusión interminable. Una gota de sal en la sangre es un grito que nadie escucha, el dolor de esa desilusión, la boca hambrienta de esta soledad. Que nadie busque en mi sangre el primer desvelo, el rayo de ilusión, la ruptura de la espera, la gota de sal. Nada más que un río de abandono corre por mi sangre y nada más correrá cuando muera devorado por las fieras que abren heridas y que abren fuego. Nada habrá en mi sangre porque ya no será mía. Será de todos y será de nadie. Dejará de ser un río que se pierde bajo un manto ...
Cielo de invierno
Novela
Ricardo Cardone
Una ruta que no tiene principio ni fin. Una herida que abre el desierto. En ese instante donde todo es permanente, donde el tiempo se detiene ante el viaje interminable, un camión avanza. ¿Qué tienen en común Atahualpa Yupanqui y John Coltrane? ¿Qué Adolfo Bioy Casares y Robert Louis Stevenson? Hay una rotonda por la que no quiero pasar. Más allá me espera el abandono vestido con harapos que ladran y que muerden con saña. Allí todos los tiempos convergen en un mismo sitio. Un lugar que es el origen de todas nuestras vidas y de todas nuestras muertes. Pensando en estas líneas me quedé dormido. Me encontraron al costado de una ruta interminable, al otro lado de la ...
De julio a Iván Reyes
Cuento
Ricardo Cardone
Bienvenidos. Dejen sus abrigos por ahí y acerquen esas sillas. Vos traé la ginebra y seis vasos. Señores, las cartas están echadas. En esta mano volvieron a ponerse las cosas en su lugar, como Dios manda. Ahora el mazo está de este lado de la mesa. Todos ustedes están muertos. Muertos por flojos. Muertos por ingenuos. Muertos por infelices. Muertos por imbéciles. Están muertos con el anzuelo en la boca. Muertos por venganza. Muertos por error. Están muertos al fin. No hay azar que sea propicio. No habrá naipe que obligue a ventura alguna. Yo soy la traición y no el olvido. Jueguen su última mano y despídanse. Nada más que este libro apócrifo los recordará.
Blas ...
De enero a junio
Poesía
Ricardo Cardone
Yo soy la creación del creador. Soy el último deseo. Llevo en mi nombre la condena del saber. Habito en el espeso vacío que ninguna estación del tiempo puede abrigar. Ahora sólo queda el peso de mi sombra, ese manto que cae sobre la conciencia. Para que no pudiera ver han quemado mis ojos. Por temor a cualquier castigo han mutilado mis manos. Hoy soy el acusado. Cargan sobre mí todas las culpas como si fuera peste. Juran que soy el hacedor de todos los abandonos. Estúpidos. Jamás he salido de este encierro. Todo aquí es invierno y no hay nadie que se acerque a este desterrado. Algún falso poeta lo intentó con versos inútiles: Si no es profano el ...
La noche en el espejo
Cuento
Ricardo Cardone
Durante la selección que incluiría en La noche por la que muere el día, me persiguió la imagen incierta de las sombras, la oscuridad que nos vigila cuando no podemos ver. Aquellos pocos textos que sortearon las barreras de la represión le quitaron espacio a otros tantos que por no tener forma de poemas ocuparían el lugar inevitable del olvido. Hoy quiero rescatarlos para que sean recuerdo. En el falso abismo de estos relatos permanece oculta la noche y su poderosa lentitud. Estos cuentos forman parte de los sueños y no de la vigilia, evocan lo que no es. Habrá que leerlos, quizás, desde afuera de nosotros y así evitar caer en el vacío de la fe. Creer en ellos ...
La noche por la que muere el día
Poesía
Ricardo Cardone
Hay un silencio que descubre el nombre del tiempo, un estallido en medio de la melodía que rescata un concierto secreto parecido al de una guitarra. Esta poesía dice el rumor de la escasez primera. Quien escribe regresa aquí al origen del tiempo y lo transita hasta que el eco mismo de las palabras repara lo que revela. Quién de los dos recuerda el corazón de pólvora, recuerdo, ausencia y tiempo que sin conciencia caen, se arrojan a lo innumerable, al no principio, al no convertido, al no que provoca, al no. El no cae por peso propio replica y desmantela toda posible línea recta de esta escritura rota, para ser leída sobre el muro de lo que jamás deberemos ...